La Casona de Amandi, asentada en la vega del río Llinares y situada en pleno Camino de Santiago, fue construida a mediados del siglo XIX. Declarada edificio singular en 1991, fue pionera en turismo rural. A principios del XX se le añadieron dos galerías acristaladas. Una de ellas sostenida por columnas de hierro y orientada al sur con vistas a un espléndido jardín con glicinias, tilos, abetos, tuyas, una gran secuoya y una pradera de casi una hectárea, donde disfrutar plenamente de la naturaleza en un lugar privilegiado en el corazón de Asturias.
La casa fue construida sobre los muros de una antigua herrería en una finca de propiedad de los condes de Revillagigedo y es conocida como la Quinta la Ballina o Casona de Amandi.